Palacio de verano. Summer Palace.
Palacio de verano. Summer Palace.
Palacio de verano. Summer Palace.
Palacio de verano. Summer Palace.
Palacio de verano. Summer Palace.
Techos típicos de Beijing. Typical Beijing roofs
Palacio de verano. Summer Palace.
Palacio de verano. Summer Palace.
Palacio de verano. Summer Palace.
Palacio de verano. Summer Palace.
Palacio de verano. Summer Palace.
Ciudad prohibida. Forbbiden City
Ciudad prohibida. Forbbiden City
Muros. Ciudad prohibida. Inner walls Forbbiden City
Ciudad prohibida. Forbbiden City
Ciudad prohibida. Forbbiden City
Cerebro lavado. Ciudad prohibida. Brainwashed. Forbbiden City
Ciudad prohibida. Forbbiden City
Ciudad prohibida. Forbbiden City
Ciudad prohibida. Forbbiden City
Gran Muralla. Great Wall (gentileza de Thibo)
Gran Muralla. Great Wall (gentileza de Thibo)
Gran Muralla. Great Wall (gentileza de Thibo)
Gran Muralla. Great Wall (gentileza de Thibo)
Gran Muralla. Great Wall (gentileza de Thibo)
Gran Muralla. Great Wall.
Gran Muralla. Great Wall.
Gran Muralla. Great Wall.
Hombre de la Gran Muralla. Man of the Great Wall.
Gran Muralla. Great Wall.
Gran Muralla. Great Wall.
Gran Muralla. Great Wall.
Tomando un atajo. Gran muralla. Taking a shortcut. Great Wall.
Templo del cielo. Temple of Heaven
Templo del cielo. Temple of Heaven
Escorpiones, langostas, gusanos. Esquisitas delicias de la cocina pekinesa. Calle de comidas, Beijing. Scorpions, grasshoppers, worms, delicious dishes from Beijing cuisine, food street, Beijing.
Delicias pekinesas. Delicious dishes of Beijing.
Cangrejos. Calle de comidas, Beijing. Crabs. Food street, Beijing.
Dimensiones colosales, beijing. Colossal dimensions, Beijing.
Hoy luego de mucho tiempo me siento a contarles de Beijing. Por estos días mi estádo de ánimo no es el mejor y es probable que no encuentren este texto que sigue a continuación muy inspirador, pero al menos espero que en mis fotos vean una linda ventana a esta colosal ciudad.
El viaje a Beijing (Pekín) fue por un motivo muy especial, ya que fue un viaje de trabajo, mi primer trabajo de arquitecto en China, sobre el cual hablaré en un futuro texto. Debido a como se acomodaron los días y la situación especial de mi entrada al Estudio, aprovechamos (ya que este viaje lo hice felizmente acompañado) para coordinar una visita de casi 5 días.
Beijing es una capital de dimensiones colosales, que se expande virtualmente hacia el infinito sobre una región chata como un tablero de ajedrez y cuyas afueras, hoy por hoy, están alcanzando los límites del desierto de Gobi. Es un ciudad de poca altura que crece a lo ancho y con manzanas que llegan a tener hasta 500/600 mts de lado, trazadas casi siempre por avenidas que como cintas fraccionan la ciudad en un damero casi perfecto. La construcción es cuadrada y acorde con la escala de la ciudad, todo es grande y colosal y aún, a pesar de la inminente renovación que experimenta a muy poco tiempo de las olimpíadas, tiene una fuerte y triste estética comunista. Con semejantes dimensiones no es difícil imaginar que caminar esta ciudad es un acto de estoicismo. Llegar a cada esquina se siente como un gran triunfo y luego de caminar un día entero a razón de una media hora por cada 3 o 4 cuadras para conocer una ínfima fracción de la ciudad, lo transforman a uno en un héroe. Mirar en cada esquina hacia los cuatro puntos de encuentro es mirar literalmente sobre un infinito inalcanzable. Cansa, realmente cansa, llegar a cada esquina luego de vastas cuadras grises y sin vida y ver que la monotonía del paisaje es inagotable, y al lugar donde uno creía que iba a llegar en un rato, no llegará en unas cuantas horas más de caminata. Así es como la ciudad es recorrida en auto, autobus y por sobre todos los demás, en bicicleta. Millones de pekineses se desplazan por este tablero de ajedrez en bicicleta, y seguramente es un ejercicio que los volverá muy sanos.
Pero no tanto, ya que el record de polución está entre los peores del mundo. Beijing sufre una crisis de carencia de cielo celeste. No solo por un factor de obvia polución sino por factores atmosféricos, climáticos y también geograficos, como el inminente avance del desierto de Gobi sobre la ciudad, esto le provoca en determinados puntos del año un baño purulento de polvo generado por los vientos y las tormentas de arena. Un día radiante en Beijing es generalmente un día de cielo totalmente gris y un sol que es fuerte pero está oculto detrás de infinitas capas.
Esto sumerge al paisaje de la ciudad en esa característica neblina brumosa baja que como un halo de misterio inunda la ciudad. Escasos y durante muy pocos días al año, el cielo se ve celeste. Según me han contado, el esfuerzo del gobierno por lograr un cielo celeste en la capital lo ha llevado, como tantas otras veces, a hacer el ridículo total, en intentos ridículos por aclarar el cielo. Un ejemplo fue lo que el gobierno (en un gran anuncion de tono comunista) comunicó a la población hace un par de años: Mañana, en Beijing veremos el sol y el cielo celeste. Toda la población salió al día siguiente mientras unos aviones del gobierno esparcían un polvo mágico sobre la ciudad intentando liberar el cielo de vestigios, nada ocurrió, el cielo siguió gris y todos se volvieron frustrados a sus casas.
A pesar de todas estas características, Beijing es inigualable y el tamaño sideral de sus dimensiones sólo puede explicarse como un gesto de grandeza para hacer justicia al maravilloso y también colosal legado histórico que alberga. A eso, se le suma el haber sido el sitio donde ocurrieron los hechos más trascendentes de la historia china, tantos los más nobles como los más salvajes y mórbidos.
El corazón de la ciudad es la tan famosa "Ciudad Prohibida" un gigantesco conglomerado que ha servido de vivienda a una larga sucesión emperadores paranoicos de la China Imperial y su corte. Un conjunto de templos y palacios majestuosos e imponentes a los cuales se llega y se recorren por eternos pasillos estrechos encerrados por altos muros de color rojo.
Enfrentada a la ciudad prohibida y oficialmente la "plaza" más grande del planeta, se encuentra Tianamen Square, una mole colosal y deprimente de concreto, comunista en el peor de los sentidos y diseño, carente de toda vida y valor estético pero que mejor que ningún otro monumento representa la ideología obtusa y destructiva de quienes gobernaron este país durante lo que cínicamente les gusta llamar, Revolución Cultural. No sé quien calificó a este nefasto cementerio de cemento como plaza, rodeado ( a excepción del glorioso portal a la ciudad prohibida ) de otros tétricos e inanimados edificios del bastión comunista.
Luego están otros gloriosos legados históricos, el Templo del Cielo, el Palacio de Verano de exquisita arquitectura dinástica, y los barrios viejos, los bellísimos "Hutong" característicos barrios antiguos de Beijing, que al igual que los barrios de Shanghai, están siendo tristemente arrasados.
La transformación que experimenta Beijing es análoga a la de Shanghai, la dos, de características totalmente antagónicas, pero que crecen a un paso sideral. Beijing por motivo de ser sede de los próximos juegos olímpicos en Agosto de 2008, está construyendo el aeropuerto tecnológicamente más avanzado del mundo y el más grande. Los estudios de arquitectura más exclusivos del mundo están haciendo fabulosas y, como no podía ser de otra manera, colosales obras. Estadios, villas olímpicas, autopistas, el aeropuerto, sedes de las empresas más importantes chinas y extranjeras. Y esto es algo que la despega de Shanghai, acá al menos se está construyendo con mucha calidad de la mano de los mejores arquitectos del mundo, se están haciendo barrios hermosos, y el legado histórico es imbatible.
Luego de todo esto, viene el viaje paralelo infaltable para todo viajero que pasa por Beijing, la visita a la Gran Muralla. Hay tres o cuatro puntos que son los oficiales permitidos por el gobierno para visitarla saliendo desde la ciudad. El que elegimos es uno de los mejores, más emocionantes y menos turísticos. Es un sector de la gran muralla que queda a 120 km de la ciudad y se recorren a pie, 12km desde Jinshanling hasta Simatai. Esta es verdaderamente una maravilla de la antigüedad, que como una serpiente se recuesta sobre un escarpado paisaje montañoso y verde, y se va acomodando a una intrincada geografía. La sola ubicación deja sin aliento tanto como sus inumerables y empinadas subidas y bajadas. Es una jornada increíble pero demandante y que deja muslos y rodillas exhaustos. Hay varias historias sobre su origen, pero todas concuerdan de alguna manera en haber sido construida para evitar las invasiones de los temidos guerreros mongoles. Otros aducen que no eran las invasiones de guerreros el motivo sino los nómades mongoles quienes trasladaban sus manadas a la región para alimentarlas y esto le quitaba tierra a los habitantes de la antigua China. Cualquiera sea el motivo, es una obra de una envergadura inimaginable y basta con pararse en una de las torres, contemplar el horizonte y ver una geografía literalmente trazada por el ser humano, en un largo que si bien no es continuo habla de un total promedio aproximado dependiendo de la fuente que oscila en los 5000 km.
Fue una pasada en profunidad de días largos y agotadores pero que valieron la pena. El pantallazo de Beijing fue hermoso y mejor aún hacerlo con una hermosa compañía.
Aquí dejo este texto aburrido y falto de inspiración, mis felicitaciones a quienes llegaron hasta aquí.