Soy originario de Argentina pero por el momento resido en la ciudad de Chengdu, China. Soy fotógrafo y arquitecto (en orden de sentimiento) y elijo la bicicleta como medio para viajar por el mundo, específicamente en regiones remotas, en la búsqueda de culturas y sub-culturas que de una forma u otra resisten el proceso de globalización, tanto de forma deliberada por tratar de preservar los valores tradicionales de donde pertenecen o de forma forzada por haber sido excluidos del sistema. La naturaleza de viajar en bicicleta me permite relacionarme muy íntimamente con los lugares y la gente que visito, por consiguiente paso la mayor parte del tiempo en la naturaleza y con la gente local, en donde enfoco mi interés y eso es reflejado a través de mi fotografía.
He viajado por 45 países hasta el momento, y cada uno ha dejado algo en mí que de una u otra manera ha contribuido a darle forma a la persona que soy hoy; y ese proceso se mantiene vivo todos los días. A través de la experiencia, he llegado a darme cuenta de lo que algunos sólo pueden leer en libros y asumir como real, y lo que otros eligen ignorar completamente y eso es, que en esencia, sin importar cuan diferentes sean nuestras culturas, ni cuan lejos parezcan estar unas de las otras, somos todos iguales y todos tenemos las mismas necesidades básicas. Todos compartimos los mismos instintos básicos; todos reímos, todos lloramos, todos sonreímos y todos miramos mal, todos nos enamoramos y nos desenamoramos, y es apabullante descubrir cuan esencialmente similares son las razones que nos llevan a reaccionar de estas maneras independientemente de la cultura de la cual formemos parte.
Estoy afuera para enfrentar el mundo, para dejarme fascinar como así también frustrar. Estoy afuera para encontrar y conocer gente a veces tan radicalmente diferente a mí en el modo y las condiciones en las cuales fueron criados que cuanto más los conozco y más me relaciono con ellos, más aprendo a ver el mundo desde una perspectiva diferente. Eso mantiene mi espíritu y mente despiertos, abiertos y vivos. Me ayuda a encontrar mi propio camino y enriquecer mi vida. Y es en esa intimidad, que es construida a través de una conexión de empatía con otros seres humanos, donde mi fotografía prospera.
Retratar seres humanos y los entornos donde viven, retratar la condición humana de la manera más digna, son mis objetivos claros; porque en cada persona en este mundo hay dignidad, hay humanidad, hay algo dentro de cada uno que los conecta intrínsecamente conmigo y es eso lo que todos tenemos en común.