sábado, 21 de junio de 2008

Colgate en China


Pollo acogotado de percha. Shanghai.

Una de las cosas que me resulta más entretenidas de andar por las calles de Shanghai y de China en general es ver como le gusta a los chinos colgar a los cuatro vientos la más amplia variedad de cosas orgánicas e inorgánicas sin distinción. Esta es una costumbre cultural se traslada desde los más pobres hasta los más ricos. Tanto en los callejones de los barrios populares como en los rascacielos de alta categoría la ropa es el hilo conductor. El paisaje urbano de China es como un gran exhibidor de los trapitos al sol más íntimos de los chinos. Si uno quiere ver cómo visten los chinos o tal chino en particular, es tan simple como deambular por la ciudad y mirar alrededor para ver felízmente el vestuario de cada persona en China. Desde los calzones de la abuela, la hasta tanga de la jovencita que se casó con el empresario exitoso, desde las medias rotas y la camiseta del abuelo hasta las camisas del político y las zapatillas del nene, todo se exhibe a la luz del día en la vidriera china.
Pero eso no termina ahí porque entre sábanas y frazadas soplando al viento se ven pollos y patos estrangulados colgando de perchas. Pescados, carnes, pollos, pantalones, camisas todo cuelga en China y el paisaje es....MARAVILLOSO!

En medio de esta selva de prendas y animales colgados los chinos se desplazan en precarias bicicletas transportando cualquier montaña de chatarra o cualquier elemento indispensable. Los chinos van y vienen de a millares por las calles, siempre en sus óxidadas y rechinantes bicicletas llevando, cosas. No dejo de preguntarme por qué y hacia dónde llevan tal o cual cosa pero no deja de fascinarme.

Aquí algunas muestras.

Sábanas, ropas y carnes.

Carnes emperchadas y elongando el cuello del pato detrás

Bombachas y carnes

ropas y multitudes

casita de cachibaches

Piel de pescados

ropas

cubiertas

garráfas

ropas

TV s.XXIII

ropas urbanas

jueves, 12 de junio de 2008

Vanguardistas de la moda y la imitación.


zapatitos

Roberto* y Teté* seguramente estallarían de exaltación si vinieran a China, eso los llevaría a reformular su mítico desfile anual de la pelotudez en Punta del Este. Porque la moda China, es corolario del mal gusto y muestra fehaciente de la carencia total del más mínimo sentido estético y de la palabra "estilo".
Así es, los chinos a excepción de un pequeño puñado que se abulta como agujas perdidas en pajares, se visten mal y el "diseño" textil es probablemente uno de los más espantosos que he visto alrededor del mundo. Algo paradójico teniendo en cuenta que China es quizás la potencia textil más grande del planeta y fabrica y exporta paralelamente la ropa de gran cantidad de prestigiosas marcas occidentales.
Lo cierto es que los chinos podrán ser maestos de la falsificación y han podido elaborar fabuolsas réplicas de Dolce & Gabbana, Armani, Burberry, pero si hay algo que jamás han podido copiarse es el buen gusto y el estilo.
A veces me cuesta creer verme rodeado de millones de chinas combinando de la manera más absurda las copias fidedignas de las ropas y accesorios más añorados por las más vanidosas mujeres de occidente. Lo que quiero decir es que estas mujeres teniendo acceso a vestir las réplicas más perfectas de las grandes marcas tengan tan poca capacidad de hacer una combinación coherente de ellas. Es decir, por un lado se copia todo lo más "fashion" a la perfección pero por el otro tienen una incapacidad total de hacer una evaluación estética de los mismos y vestirlos adecuadamente. Moda que visten y que luego trasladan hasta a sus propios perros (los que no se comen).
Es algo que también trasciende las clases sociales ya que el mal gusto puede atravesar todas las clases desde la más baja hasta la más altas. En el caso de las mujeres es exacerbado y sus vestimenta transforma el cuerpo delgado y la hermosa figura estilizada de la chinas en feos mamarrachos bañados en lentejuelas de colores, bordados de oro en telas rosas,zapatos de charol amarillo, etc.
En el caso de los hombres el mal gusto es más discreto ya que visten más simple y son menos ostentosos. Se dice que los insulsos y poco llamativos trajes de los funcionarios más altos del Partido pueden costar en el orden de los 15 o 20 mil dólares sin embargo es casi imposible de notarlo.

El mercado de los "fakes" (excelentes réplicas de los originales occidentales) es un mercado que mueve millones. Las ropas con etiquetas de las marcas más caras de occidente abundan en cualquier mercado bullicioso de China. Y este mercado no se limita al textil sino que se extiende a, relojes de última generación, aparatos electrónicos, autos, motos, bicicletas. En China se fabrica todo lo original y los chinos en consecuencia proceden a copiarlo una, dos, tres, cuatro....infinitas veces en sus variantes locales y a una fracción del costo. Se dice que cuando una empresa China comienza a fabricar alguna novedad, al día siguiente tres empresas en frente ya están fabricando las copias. Aún así ambos mercados, el de los orginales y los "fakes" conviven en absoluta armonía.

El caso más asombroso a mi parecer es el de la piratería de DVD's. Creo que si me preguntaran cuál es el peor negocio que puede hacer una persona en el mundo le contestaría: ponerse un DVD club en China.
En este país podría decir que virtualmente no existe ni una película ni un CD original de música. Todo absolutamente todo es música y películas pirata. Se consiguen en inumerables puestos de la calle a toda hora pero también hay enormes negocios de venta al público con caja registradora y factura que lo único que venden son DVD's piratas. Se consigue absolutamente todo lo que uno imagine, todas las películas, series, todo vienen empacado en cajas con los títulos, las tapas, los comentarios, a color y con una calidad de imagen indistinguible de la original.
El precio de cada DVD? ronda entre 0.80 centavos de dólar y 1.20 dólares. Así es que todos en nuestras casas tenemos literalmente nuestro DVD club privado. Cuando queremos ver una película nueva, la más nueva, la recién salida del cine, solo hay que caminar una cuadra y verla esa misma noche, es cuestión de aburrirse y salir a comprarse una película. Evidentemente no existe control alguno hasta hoy en día y eso me parece increíble.

Luego tenemos las copias de libros. Recuerdo las enormes fortunas que como estudiante de arquitectura tenía que invertir si quería acceder a las mejores publicaciones de arqutitectura de Europa. Aquí en China, pan comido, la región de Guangzhou tiene infinidad de imprentas que producen diariamente las copias más espectaculares en calidad de los tomos de las mejores publicaciones de arquitectura como de todos los demás campos del arte, la ciencia, la economía, etc. Se venden al igual que los DVD's en cualquier lado y si un libro prestigioso original europueo cuesta entre 60 y 100 euros promedio, aquí en china cuesta entre 5 y 20 euros sin sacrificar más del 1% de la calidad de sus variantes originales.

La falta de control y la masividad del mercado no dejan de hacerme pensar que China funciona como un mundo aparte que se retroalimenta y se autoabastece produciendo un mercado gigantesco basado en copiar lo que hacen los demás. Fascinante. Y sacarle provecho.... HERMOSO :)

*para los lectores latinos y españoles les comento que roberto y teté son un peluquero de la farándula y una modelo retirada, famosos exponentes de la frivolidad y la estupidez argentina, reconocidos por un desfile que organizan juntos todos los años en el balneario uruguayo de Punta del Este.

Aquí algunas imágenes.












moda canina

moda canina

Y sí, un "hincha de boca"

Nibe

lunes, 9 de junio de 2008

Sobre-nombres

Los chinos con mayor contacto con occidente, sobre todos los que viven en Shanghai y Beijing, desarrollaron el hábito de tener dos nombres. Por un lado su nombre original en chino y por otro un nombre occidental. Este último no es una traducción o un equivalente al nombre chino si no el que más les place. Lo eligen al azar y muchas veces lo toman más que nada de películas o series de occidente o de un nombre que les gusta como suena o muchas veces cuando cumple su etapa incluso se lo cambian.
Así, los chinos de las ciudades ricas de China viven su doble vida. Hacia los occidentales el nombre occidental, hacia los chinos el nombre chino.

Lo más gracioso es que uno ( al menos yo ) no puede asociar muchos de esos nombres a los chinos. Es decir, veámoslo a la inversa, si yo hoy me pongo un nombre chino y les digo a todos que me llamen Xue Ming, pueden pasar potencialmente dos cosas; que se caguen de risa en mi cara o que me hagan creer que tengo cara de Xue Ming. Por consiguiente, imagínense cuando una madre me dejaba una alumnita llamada Apple (manzana) y otra, Juicy (jugosa) (ambos casos reales). Por citar otros ejemplos payasos, he conocido otros/as que se hacen llamar: Abraham, Iggy, Fiby (por "Phoebe" de la serie "Friends"), Hugo y el que se lleva todos los premios a mi gusto: Jesús! Ja, imaginen la reacción cuando un chino les dice, mi nombre es Jesús Zhou. Me pregunto qué hubiera pensado él si yo le respondía: "que tal jesús, mi nombre es Zhou Guo Liang".

Cosas de chinos modernos! qué se le va a hacer...