martes, 15 de enero de 2008
Balance. Reflexiones sobre un año en China.
Hace exactamente un año atrás, a la hora en la que ahora me encuentro escribiendo esto, estaba pedaleando mis primeras cuadras por Shanghai buscando un primer alojamiento temporario donde quedarme para organizar mi posterior asentamiento. Llegaba luego de un año muy fuerte, cargado de emociones y estimulado aún más por el desafío que ya en ese mismo momento, estaba emprendiendo desde esas primeras cuadras. Era ya de noche, hacía frío, llovía (como hoy) y las calles estaban vacías. Tenía las pocas ropas, sucias hasta el desborde, que venía vistiendo hacía un año, pesaba probablemente unos 8 kg menos, tenía un estado físico de atleta, aún estaba bronceado y tenía el pelo recién rapado luego de meses de rastas y mugre incrustada.
Es difícil decantar luego de un año tanta acumulación de experiencias nuevas. Vivir en China en este momento resulta apasionante e interesante como también molesto y frustrante. Vivirla desde adentro es un gran vapuleo constante de emociones pero al final del día resulta ante todo, una experiencia gratificante cargada de aportes y nunca de pérdidas. Quizás es mi tendencia a vivir y ver la vida como una constante ganancia (hasta en las cosas "malas" que me pasan) y nunca como una pérdida y eso hace que las opiniones que yo tenga puedan diferir de las de muchos otros que visitan este país y hablan pestes tanto de sus costumbres como de su gente.
Aprender a vivir en China es un fascinante proceso de intento de adaptación a gente que simplemente se comporta diferente a uno ( y lo ha hecho milenariamente por siglos), lo que hace la experiencia tan entretenida como frustrante pero que siempre al final del día uno puede mirar para atrás y haber ganado y aprendido de ello. Es que si la vida de todos los días en el país de uno, donde todo es conocido, ya de por sí tiene sus altibajos imaginensé ponerle el valor agregado de vivirla en el extremo opuesto cultural. Todos los días en mayor o menor medida me encuentro en la situación de cómo manejar mis emociones occidentales para responder a los estímulos generados por mis prójimos chinos.
En la vida cotidiana las cosas ocurren con mayor o menor dificultad. El idioma es una lucha de todos los días, sin importar cuanto uno lo estudie. Si bien en las situaciones diarias ya me resulta totalmente manejable no dejan nunca de ocurrir, como es lógico, nuevas variables. Si se rompe la lavadora, saltan los tapones y se corta la luz, me cambian "inexplicablemente" la bici de lugar en el garage, las cuentas del mes tienen alguna alteración, el tanque del inodoro no carga, son por nombrar algunas, una serie de situaciones que devienen en varias horas o días de lucha donde todo parece conducir virtualmente a ninguna parte, para devolver las cosas a la normalidad.
Tener que enfrentar al aparato burocrático chino ( en chino) califica dentro de las experiencias que me gusta llamar, surrealistas. Es como tirarse a una piscina vacía, sabiendo que está vacía pero cerrando los ojos imaginando que hay agua, darse el golpe con la frente y volver a hacerlo una y otra vez creyendo que el agua va a aparecer aunque en realidad nunca aparecerá.
Para los asuntos de la burocracia no hay cómo razonar con los chinos, o mejor dicho con los representantes administrativos de semejante gigante dinosaurio administrativo comunista.
Cuando un chino cree, (o le enseñaron) que las cosas se hacen de una manera es extremadamente difícil convencerlos, aún usando las mil y una lógicas, de que las cosas se pueden hacer mejor o más prácticas, de otra. Esto significa que muchas veces resulte muy difícil obtener de inmediato de ellos, los resultados que uno esté esperando. Tienen un grado de flexibilidad muy reducido y muchas limitaciones culturales a la hora de aceptar lo que no saben ( sobre lo cual hablaré en el futuro) lo cual deriva en situaciones frustrantes.
Nunca falta la buena porción de audaces por no decir cagadores. Los hay, y muchos, hay que estar atento. Los empleados públicos (trenes, correo ) son particularmente endemoniados y hay que pegar el ojo sin pestaneos a los vueltos en estas situaciones.
La experiencia comercial es entretenida aunque a veces agobiante. Hay días en que añoro salir a comprar algo y que tenga un precio fijo en una etiqueta, aunque ni en los lugares donde esto ocurre están excentos de la costumbre comercial, social y vital del regateo que rige casi sin excepción en todo lugar comercial. Los precios escritos no son más que espejísmos, invitaciones alucinógenas a la experiencia psicodélica de llevar al precio "real" lo que uno quiere comprar.
A veces me gustaría viajar en el metro hermoso, impecable, hiper rápido y de última tecnología pero saber que voy a poder salir del vagón sin tener que voltear a un masacote de chinos que quiere entrar y no deja salir.
Si, son abruptos, abruptos hasta el hartazgo y a veces quiero pegar un salto y caminar sobre sus cabezas pero no todo es lo que parece, porque detrás de sus empujones, detrás de sus gritos (porque no hablan, gritan), detrás de su falta de sutileza jamás he encontrado una mala intención sino más que sonrisas e ingenuidad, son como son y yo soy el invitado y una vez que logro hacer ese "click" no me queda más que reírme solo y decir, JAJA qué bueno es estar viviendo en China.
Y esta es la sensación que me da de cómo avanzan hacia el futuro con su desmedido crecimiento. Avanzan como se comportan, a lo grande, a los tumbos y masivamente. He visto a esta ciudad transformarse en un año como no he visto cambiar a Buenos Aires sustancialmente en 28 años y la cosa no para. Es emocionante estar acá.
El otro costado es el de una buena vida. Se vive MUY bien como extranjero en China en todos los aspectos. Shanghai tiene una vida social y nocturna super intensa. Se puede salir 7 días a la semana hasta cualquier hora, rivaliza seriamente la de Buenos Aires en cantidad y calidad con el valor agregado de la despreocupación total por la seguridad. Se puede andar por cada rincón a cualquier hora sin el más mínimo miedo. He hecho excelentes amigos de todo el mundo, muchos itinerantes a la deriva como yo buscando experiencias diferentes y muchos chinos también.
Al final del día son las pequeñas cosas de todos los días las que hacen que disfrute estar acá. Salir y siempre encontrarme cosas y novedades diferentes. Nunca dejar de sorprenderme con las diferencias y verlas, aunque a veces me puedan chocar, como algo divertido y atrapante.
Ir al trabajo en mi bicicleta de señora china con canasta junto a las grandes masas proletarias que se desplazan a mi lado. Pasear por los barrios viejos y sucios sacando fotos y encontrarme con gente hermosa y poder compartir con ellos un poco de mi historia y escuchar la de ellos, y en chino! Descubrir un nuevo plato delicioso apuntando con el dedo al azar en los infinitos menúes de los restaurants y que no sea perro. Que esos mismos chinos que resultan a veces tan abrumadores por lo abruptos te sorprendan con solo sonrisas afectuosas y con muy buen humor. Que una china que te ve eligiendo erráticamente la fruta te detenga cálidamente para explicarte cómo elegir las mejores mandarinas. Caminar sin rumbo y terminar presenciando una lucha de grillos con apuestas. Y la lista continúa y siempre la balanza es positiva......
Las experiencias y el enriquecimiento consecuencia de las mismas cambian las miradas y la visión sobre las cosas. Las diferentes tienen en mi persona un mayor atractivo y un mayor efecto. La vida rutinaria, repetitiva y monótona me aterra. Hay demasiadas cosas interesantes por explorar como para querer quedarse quieto!
Para este, mi primer aniversario en China he decidido poner imágenes de un sector de la ciudad que particularmente me gusta mucho. Me gusta llamarlo "El nudo". Está en el corazón de la ciudad y es un punto en donde confluyen como tentáculos enroscados unos cuantos niveles de autopistas urbanas más senderos peatonales elevados dando un espectáculo urbano bastante impresionante.
Un lugar que me sugiere llegada, encuentro, y punto de partida hacia rumbos distintos en el devenir de la vida. Así supongo a la mía, como un viaje constante donde cada posta puede ser el lugar que dispare hacia nuevos rumbos. China es una excelente experiencia pero no es definitiva y siempre surgen nuevos posibles lugares en el horizonte para el futuro cercano.....
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13 comentarios:
Negrito ,sos mi ídolo y me sigo deslumbrando permanentemente con tus vivencias y ese constante enriquecimiento y búsqueda de nuevas experiencias, seguí siempre así ,aunque el precio de no tenerte cerca sea taaaaan alto.Tu mamucha
Nico, qué bueno que sepas sacar un balance positivo de tanta experiencia. Difícil y frustrante a veces, por algunos instantes, pero intensa y enriquecedora, después y para siempre!
Viajar, conocer, escuchar y contar la propia historia. En definitiva, compartir las vivencias y lo que uno conoce y siente es realmente una fuente inagotable de placer. De un placer que se comparte, además.
Feliz aniversario!
q lindo todo lo q escribis,... es asi... aunq me digas no, me encanta leerte...
gi
Realmente, cada día debe ser una total aventura intergaláctica, estás en otro mundo literalmente. El aprendizaje que estas teniendo, a todo nivel (vivencial, espiritual, profesional), no lo conseguirías en ninguna universidad del mundo. Se que la pregunta suena medio banalosa y frivolosona, pero, ¿que tal las mujeres chinas? ¿como se relacionan con los extranjeros? ¿es común relaciones mixtas o todo lo contrario? y ¿como te has movido en esa materia?
Tal vez sean mis eternas ganas de estar y conocer o simplemente el hecho de ser un excelente transmisor y narrador de experiencias pero lo cierto es que resulta fascinante estar sentada frente al monitor leyéndote, tanto como para vos debe ser vivir allí, en la milenaria, contradictoria y maravillosa China.
¡Feliz Aniversario!
Felicitaciones por tu año en China. Que grandeee un Argentino allá entre los ponjas jaja.. :D
La última vez te conté que ya tenía la bici, bueno ahora te cuento que la primer quincena de enero me fuí, sólo, a recorrer toda la costa atlántica (nada que ver con lo tuyo, pero algo es algo aja) y estuvo bárbaro.. si querés pasate por el blog.. Ahora en abril me voy a jujuy y salta.. y más adelante el destino lo dirá.. Maktub.
Suerte, saludos.
Martín
hola Nico, soy Pata, escribiendo de nuevo.... me encanta leerte, viajo con vos en todo este tiempo que paso, yo tambien llevo 1 año viajando junto a vos de cierta manera..... me alegro que todo sea un aprendizaje permanente... que envidia.... espero mas comentarios e historias vividas... un beso y buen año chino...
Hola Nico, la verdad que tus reflexiones me han gustado mucho. El verano pasado estuve de vacaciones en China y deseo volver pero para quedarme aunque sea un mes. Me gustó mucho Shangai y tus críticas me parecen muy buenas ya que los que han podido estar por cualquier motivo estarán de acuerdo contigo. Disculpa el atrevimiento pero como me ha gustado mucho tu Blog, he publicado esta entrada en mi Blog. Espero poder seguir leyendo tus artículos.
Que maravilloso tener tanta experiencia, quede fascinada con tu blog, yo de verdad espero algún día poder hacer lo que haces tu.
Un beso y suerte¡¡¡
Que maravilloso tener tanta experiencia, quede fascinada con tu blog, yo de verdad espero algún día poder hacer lo que haces tu.
Un beso y suerte¡¡¡
Buenas Nico.
soy aficinada a la fotografia i viajera.
He alucinado con tus fotografias.son en una palabra ALUCINANTES.
sigui disfrutando de tus experiencia viajeras y haciendo fotos tant perfectas
He estado leyendo tus publicaciones y me parecen muyyyyy ineteresantes, de verdad paso horas leyendo lo que escribis, lo que no entiendo es porque decis eso de "son como son y yo soy el invitado" yo creo que no solo hay que ser un simple expextador de otras culturas, si ves algo que te parece mal yo no veo mal que expreses tu opinión he intentes que en sus aspectos que encontras negativos hacer una mejora, como vos aprendes de ellos, ellos pueden aprender de vos y de todos los occidentales, ambas culturas tienen cosas buenas y cosas malas y todo va transformandose en el tiempo, nosotros los occidentales ya no quemamos mujeres pensando que son brujas ¿no? No se es mi opinión, yo si veo algo que no me parece bien, no veo mal decir lo que opino he intentar un cambio. Saludos!!
Hola Seba!
muchas gracias por tu mensaje! Bueno, mirá, con respecto a lo que me preguntás, creo que el motivo está en el mismo enunciado de tu pregunta en "si veo algo que está mal". El gran tema cuando vivís o experimentás una cultura diferente es entender que el eje de los valores cambia y según los mismos, la diferencia entre lo qeu está bien y lo que está mal se diluye. Es decir, cuando vos decís que algo está mal, le estás poniendo toda tu carga cultural y tus raíces encima, pero lo que aprendés lejos de casa es justamente que esa carga cultural es válida sólo para tu país y tu cultura, y para el resto es siempre discutible. Es muy omnipotente y egocéntrico plantarse en una cultura ajena y decirles, esto está bien, esto está mal. Esa es una postura que con los años de viajar, he cambiando y me ha vuelto más abierto y más humilde. Ahora, habiendo dicho eso, es claro que hay cosas universales. Por ejemplo, si yo veo a alguien golpear a un niño o a una mujer, desde ya que me voy a cagar en la cultura y trataré de hacer algo, pero en lo qeu escribo se refiere más bien a las cosas generales de la vida cotidiana.
Con respecto a lo que decís también de enriquecerse mutuamente, es así totalmente como decís, y lo hago también PERO, tené en cuenta que también se requiere de gente abierta del otro lado, donde quiera que estés, y eso no siempre se da. Cuando existe ese espacio de diálogo, de enriquecimiento mutuo, es perfecto y es hermoso, es lo que más te conecta con otros seres humanos y te hace dar cuenta que somos todos iguales. Pero no siempre se da!
Por último te digo, que este texto lo escribí ya hace muchísimo, todo cambia, han pasado muchos años ya y al vivir uno en una permanente mutación, ciertas cosas se van ajustando y cambiando más o menos.
un abrazo y muchas gracias por leer :)
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