Resabios de espiritualidad en Putuo Shan 普陀山

Cómo he mencionado anteriormente, durante los años del salvaje comunismo maoísta, la religión era vista como un asunto superfluo y burgués y se usaron una gran variedad de medios para intentar extirparla del imaginario de la gente y de las raíces de la sociedad. La indoctrinación maoísta en las instituciones educativas era uno de los más eficientes junto con la paralela opresión diaria del Partido y sus camaradas. No había libertdad de práctica religiosa y los practicantes quedaban reducidos a la práctica a escondidas (a riesgo de perderlo todo) o al abandono de la Fe, producto de años de lavado de cerebro y represión. Muchos dicen que la Fe nunca se pierde aunque yo creo que hay medios muy eficientes para logralo y muchos chinos son prueba de ello.
A nivel general los chinos no son personas religiosas, en el sentido ortodóxo (y no tanto) de la palabra. A diferencia de tantos países del mundo que he visitado, en China es difícil percibir espiritualidad en la gente y como consecuencia de ello, es difícil encontrar lugares donde la gente pueda consagrarse a la práctica espiritual. No siento a los chinos como personas religiosas (aclaro una vez más, en el sentido "institucional") . Los casamientos, los nacimientos, la muerte, son eventos que generalmente están desprovistos de toda referencia religiosa.
Siendo una persona que cree fervientemente en que a la Fe religiosa (la que sea) no hay que inculcarla ni inducirla sino dejar a la persona que la encuentre y llegue a ella durante el camino de su vida, me llama mucho la atención que tantos chinos no lleguen a ella; e hipotetizo que se debe a que en China el comunismo maoísta ha eficientemente logrado lo opuesto a la inducción religosa, el destierro y la demonización de la religión, lo cual también me parece por demás, malo. Diferencias ideológicas y religiosas aparte, en los países donde he respirado espiritualidad genuina a través de su gente es donde mejor me he sentido y donde valores como la hospitalidad, el amor y el afecto prevalecen por sobre los demás. Con esto no quiero decir que los chinos carezcan de estos valores pero la falta de espiritualidad se siente y es difícil de explicarlo pero es diferente.

Pero afortunadamente la eficiencia de un sistema no alcanza para aniquilar uno de los productos más intensos e inherentes del ser humano y es así que en varios lugares de China la espiritualidad ha sobrevivido al destierro. Y Putuo Shan, lugar que he visitado hace poco es una bella prueba de ello.
Situada en el oceáno pacífico a 12 horas de barco desde Shanghai, la isla de Putuo Shan es uno de los lugares menos conocidos de China y ciertamente no incluido en la ruta de ningún viajero o turista. Es un lugar que incluso pocos chinos conocen. Una isla a donde los chinos budistas (a excepción de los budistas tibetanos) de toda China peregrinan. El escape perfecto a la vorágine de Shanghai y el resto de la China del este, poluida e industrial. Un lugar mágico donde se siente la espiritualidad perdida en China y entre sus montañas boscosas y el mar se respira el perfume del incienso encendido a cada minuto por miles de peregrinos, en templos prístinos donde la paz y el silencio inundan los sentidos. Miles de monjes y monjas residentes, consagran su vida a la práctica espiritual y con sus cantos y recitación de las enseñanzas de Buda llenan la atmósfera de un sentido especial.

Es en lugares cómo estos, donde uno puede recuperar las energías absorbidas por los males, los efectos nocivos y el caos de las grandes metrópolis y la vida urbana. Es un gusto poder encontrarlos.

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