jueves, 26 de mayo de 2011

Tengo que casarme, sí o sí.

Un día antes de casarse le dijo que quería separarse. Ella decidió tirarse y por suerte él la rescató.

Weiwei y Mike están de novios y enamorados, llevan un año juntos, pero la familia de Weiwei no sabe de Mike y para ellos, su hija de 24 años, ya lleva 2 años desde que rompió con su novio. Weiwei enfrenta desde hace más de 7 meses una pesadilla familiar, cuando su madre, su abuela, sus tías, sus vecinas y quién quiera unirse a la locura determinaron que ya había pasado tiempo suficiente de duelo para su hija y ya era momento de que buscara un nuevo novio para formar pareja y eventualmente casarse. Todo empezó con esporádicas y benignas preguntas “has conocido algún chico ya?” “ya es hora de que te busques un novio”. Weiwei sabía que esta situación llegaría y durante el primer tiempo las excusas del exceso de trabajo, la falta de tiempo para concentrarse en una relación y cosas por el estilo mitigaban la escalada inminente de una situación inevitable. Con el tiempo dicha situación se fue haciendo cada vez más insostenible y los llamados más frecuentes. Weiwei comenzó a recibir todos los días hasta cuatro llamadas diarias de la troupe femenina de su familia y allegados: “estás loca?” “qué problema tienes en la cabeza?” “estamos preocupados, qué anda mal contigo?” “cómo puede ser que no busques un novio?” “ya tienes 24 años, tu momento se está acabando y tus posiblidades de conseguir un “buen marido” se acaban” “estás vieja, en poco tiempo nadie querrá estar contigo”.
Weiwei, por primera vez en su vida