miércoles, 24 de octubre de 2012

Chinglish Parte II


  Entre tantas entradas serias se me pasaba publicar algo más relajado, y con dicho fin ha llegado el especial Chinglish Parte II. No deja de sorprenderme la enorme creatividad (o falta de) para traducir del chino al inglés. Ahora que leo y hablo chino y puedo entender en idioma original es aún más gracioso. La mayoría seguramente son resultados de una pobre traducción vía Google Translate, que así como a veces ayuda, también causa calamidades (creo que podría dedicar una entrada entera a divertirlos con traducciones de Google de memos internos del estudio donde trabajo, quizás en otro momento.). El Chinglish aún abunda por todo China. Cuanto más chico es el pueblo peor, pero aún, en las mismísimas grandes ciudades signadas por el desarrollo, se encuentra en carteles públicos de todos los tamaños, en rutas nacionales, hoteles, obras en construcción, etc. El Chinglish es tan omnipresente como los mismísimos chinos. Aquí va la célebre recopilación de Chinglish de los últimos años. Algunos son casi reliquia, para enmarcarlos y colgarlos en casa para alegrar el humor de todas las mañanas. :)

(para los menos informáticos, recuerden haciéndole click a cada foto se verán más grandes. Muy importante para leer el Chinglish)

Mi favorito del año. El papel de depilar del sacrificio. Para extremidades humanas. Impagable.
En todo mi edificio está lleno de "Las lámparas excitadoras de emergencia de control de fuego" 

lunes, 6 de agosto de 2012

El veneno de la religión y la muerte



  En 1954, ya pasados cinco años luego de la fundación de la República Popular de China y tres luego de la invasión del Tibet, SS el XIV Dalai Lama y el anterior Panchen Lama, ambos líderes espirituales de dicho país, fueron invitados a Beijing para conversar con Mao Zedong sobre el futuro. Luego de una serie de encuentros protocolares que podrían haberse considerado positivos y donde se trataron de lograr ciertos acuerdos, al final de la última sesión, Mao le dijo al Dalai Lama algo así como "estamos de acuerdo en casi todo, pero la religión es VENENO". Este hecho marcaría el comienzo de la desgracia que le sucedería al Tibet y su gente, pero también ya sentaba las bases del espíritu y la posición del gobierno ante la religión, la cual se extiende hasta nuestros días.

Cementerio. Sichuan

Desde hace mucho tengo la costumbre de preguntarles con curiosidad a mis amigos chinos: "qué creés que ocurre después de la muerte?" y la respuesta que recibo en el 98% de los casos es: "nada, te vas debajo de la tierra y te comen los gusanos". Y esta respuesta me genera muchas emociones diferentes. Por un lado me sorprende la tranquilidad y hasta frialdad con la que lo dicen y por otro no me puedo explicar cómo al menos no puede haber una reflexión profunda al respecto.

Justicia callejera


En China hay mucha gente, lo sabemos. Y cuando hay mucha gente la cantidad de problemas se multiplica de acuerdo a la cantidad de gente, y si los problemas se multiplican en relación a la cantidad de gente, entonces no hay sistema judicial que dé abasto, y ese es uno de los motivos por los cuales, una enorme cantidad de disputas, sobre todo problemas en la calle, entre las personas, son solucionados en el acto, porque de otro modo, no tienen solución. La justicia simplemente no tiene tiempo para atender todos los problemas que surgen entre la gente en China.

En la mayoría de los casos, la policía sirve de árbitro, perito, mediadora y juez de los conflictos callejeros, y a veces, la gente misma es capaz de llegar a acuerdos entre sí a la hora de resolver problemas.
 Un día, volviendo en bicicleta a Chengdu, un amigo que venía conmigo fue cerrado bruscamente por una camioneta 4x4 que venía circulando por un lugar no apto para vehículos y provocó que mordiera el cordón, cayera y se lastimara bastante. La conductora frenó, mi amigo se levantó y todos nos pusimos a discutir en la calle, la mujer ofuscada defendiendo lo indefendible y todo mi grupo de amigos protestando por lo que había hecho.

viernes, 3 de agosto de 2012

Protagonistas del milagro


 Estamos en camino a una reunión de proyecto con desarrolladores y funcionarios del gobierno. Mientras el chofer trata de sacarnos del atascamiento en el tráfico, Andrew acaricia el cuero del interior de su nuevo Mercedes Benz y me explica que compró el alemán porque, a pesar de costar el 40% más de su precio en Alemania, el fabricado en China no tiene la misma calidad de terminaciones. En realidad se lo compró a su mujer, él sigue prefiriendo su BMW, el cual, al igual que el flamante Mercedes Benz de su mujer, no es el fabricado en China.

陈栗 ( Andrew ) tiene 43 años y es uno de los dos socios fundadores de Cendes Architecture 四川山鼎建筑工程设计股份有限公司, el estudio de arquitectura en el que trabajo. Luego de estudiar y trabajar 11 años en Estados Unidos , Andrew, originario de Shanghai, se mudó a Singapur donde se encontró trabajando junto a 袁歆 ( Mario ). Corría el año 2000 cuando decidieron abrirse por su cuenta y formar Cendes allí mismo. Comenzaron los dos juntos, tenían 31 y 29 años y para comenzar, contrataron a dos personas más.

sábado, 18 de febrero de 2012

Año de dragones


Un año nuevo más ha llegado o bien un año más se ha ido. Mi quinto año nuevo chino en China y año del dragón. A diferencia del año que pasó, año del conejo, estoy agradecido de que el dragón sea un animal mítico y no real. Gracias a eso, este año no tengo que escribir un artículo sobre aplastamiento de dragones para el fetiche sexual de algunos reventados que dicen ser seres humanos.  Para los que no lo recuerdan, aquí está el artículo del año anterior.

 Pero como decía, y como digo ya todos los años cual disco rayado, ha sido otro año emocionante. China sigue en su inminente camino de incontenible ascenso al control del mundo entero, y si bien quiero dejar en claro que dicha idea me da más escalofríos que emoción, estar atravesando este recorrido viviéndolo desde adentro es una experiencia  magnífica de metamorfosis tanto social como edilicia.



 Hace 3 años llegaba a Chengdu y hoy miro por mi ventana y veo una ciudad diferente. Al menos unos 15 nuevos rascacielos se levantaron en el horizonte enmarcado por mi balcón, algunos alcanzando los 50 pisos de altura, dos shoppings gigantescos nuevos y un enorme centro comercial está comenzando a ser construido a los pies de donde vivo. En los alrededores, en las demás direcciones, aparecen más y más edificios nuevos que se erigen como hongos después de la lluvia. El crecimiento y la transformación constante siguen siendo abrumadores. Tres nuevas líneas de subterráneos están en construcción y se sumarán a la primera ya en funcionamiento. Ya superan la docena las líneas de trenes de alta velocidad que conectan a la ciudad con diferentes puntos en todo China, y hay decenas más en construcción. Chengdu está hoy entre las 20 ciudades de más rápido crecimiento del mundo y en la escala china es tan sólo una ciudad de segunda categoría.



 A pesar de dicho crecimiento, en la ciudad se sigue respirando el espíritu provincial y alegre de su gente. Los ríos que la atraviesan han pasado por un fuerte "lifting" durante el año del conejo y hoy están más bellos que nunca. La gente que nunca deja de pasear a lo largo de los mismos durante el día, practicar Tai Ji Quan al amanecer, los viejos tocar instrumentos tradicionales durante las tardes y gente de todas las edades bailar en sus costaneras al caer la noche. Chengdu es decididamente un lugar al que hoy puedo llamar mi casa.


Como he decidido terminar este texto en positivo, lo termino aquí deseándoles muy felíz año nuevo y que echen mucho fuego por la boca todo el año.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Aventuras en el techo del mundo

Hoy terminé de subir a mi blog de viaje, las tres partes de la travesía a lo largo de 1088km en bicicleta en el altiplano tibetano. Si bien el Tibet está ilegítimamente ocupado por China, cuyo gobierno proclama hace 60 años que el Tibet pertence a dicho país, incluyo los enlaces a dichos textos aquí ya que ambos países están lamentablemente ligados desde la ocupación.

Parte I
Parte II
Parte III

viernes, 19 de agosto de 2011

Nadar en Verano

En estos días estoy escribiendo mis aventuras del año pasado en bicicleta por el techo del mundo, el Tibet y por eso estoy demorado con actualizar este blog para el cual tengo muchas historias en puerta. En el comienzo de la primera parte de mencionados textos, explico los motivos por los cuales no me encontraba físicamente preparado para la travesía del año pasado y comento:

......." al momento previo del inicio de la nueva... (travesía).... estaba bastante fuera de forma, luego de un verano húmedo y sofocante en el que salir a pedalear resultaba más bien una experiencia digna de los amantes del baño sauna. ....
.......Nadar (para entrenar) había quedado también fuera de la ecuación, ya que en verano parece haber una decisión unánime de la gente local de ir a chapotear aglutinados cual patos en estanque en las piscinas olímpicas de la ciudad, donde algunos pocos pretendemos ir a nadar, pero simplemente no se puede..."

Bueno, para que corroboren que de veras nadar en verano es una tarea irrealizable, quería subir esta foto publicada en un sitio de noticias local, la semana pasada ( Agosto 2011), mientras estoy preparándome físicamente para una nueva travesía por el Tibet. La foto es de un natatorio público de la ciudad de Daying, a sólo 50km de aquí de Chengdu. Si bien el de aquí, de la ciudad, nunca se abarrota como en esta espeluznante foto, da una idea de por qué en verano no se puede nadar por estos lugares. Estamos pasando unas semanas de verano terribles en Sichuan, con térmicas de hasta 46 grados y 80 a 90% de humedad.

Afortunadamente, este año le encontré la vuelta. Nado entre las 6.30 y 8.30 am. El Tíbet vale cualquier sacrificio.



jueves, 26 de mayo de 2011

Tengo que casarme, sí o sí.

Un día antes de casarse le dijo que quería separarse. Ella decidió tirarse y por suerte él la rescató.

Weiwei y Mike están de novios y enamorados, llevan un año juntos, pero la familia de Weiwei no sabe de Mike y para ellos, su hija de 24 años, ya lleva 2 años desde que rompió con su novio. Weiwei enfrenta desde hace más de 7 meses una pesadilla familiar, cuando su madre, su abuela, sus tías, sus vecinas y quién quiera unirse a la locura determinaron que ya había pasado tiempo suficiente de duelo para su hija y ya era momento de que buscara un nuevo novio para formar pareja y eventualmente casarse. Todo empezó con esporádicas y benignas preguntas “has conocido algún chico ya?” “ya es hora de que te busques un novio”. Weiwei sabía que esta situación llegaría y durante el primer tiempo las excusas del exceso de trabajo, la falta de tiempo para concentrarse en una relación y cosas por el estilo mitigaban la escalada inminente de una situación inevitable. Con el tiempo dicha situación se fue haciendo cada vez más insostenible y los llamados más frecuentes. Weiwei comenzó a recibir todos los días hasta cuatro llamadas diarias de la troupe femenina de su familia y allegados: “estás loca?” “qué problema tienes en la cabeza?” “estamos preocupados, qué anda mal contigo?” “cómo puede ser que no busques un novio?” “ya tienes 24 años, tu momento se está acabando y tus posiblidades de conseguir un “buen marido” se acaban” “estás vieja, en poco tiempo nadie querrá estar contigo”.
Weiwei, por primera vez en su vida

martes, 29 de marzo de 2011

Sudando para sobrevivir


Las condiciones de trabajo que sustentan un crecimiento sin medida como el de China han mejorado relativamente a lo largo de los últimos años y muchas empresas grandes, con millares de empleados han ido desarrollando una mayor humanidad hacia sus empleados y es importante destacar esto antes de seguir con este texto. Mejores salarios, turnos más humanos, mejores condiciones. Las industrias a veces son tan grandes, que es muy común la formación de ciudades satélite alrededor de las mismas; dichas ciudades son construidas por la industria misma de la mano del gobierno para que sus obreros vivan allí y se muden con sus familias, cerca del trabajo, para optimizar tiempos, rendir más y sobre todo, poder trabajar más. Es muy común que las empresas mismas ofrezcan con el contrato de trabajo, sumado al salario base, la vivienda y las tres comidas diarias. La gente, en prácticamente todos los sectores sociales vive para trabajar.

Pero si bien en varios casos hubo una mejora relativa, en ciertos sectores, de las condiciones laborales, dentro de lo que es un sistema siniestro como el que sufrimos en el mundo divido de hoy, la realidad es que la tan "sabida" pero nunca bien asimilada explotación, aún está latente en todos los rubros de este desarrollo insustentable.
Los angloparlantes acuñaron un término que describe a todo lugar donde se trabaja día y noche, haciendo turnos irrisorios, en condiciones paupérrimas y de hacinamiento. Con el objetivo claro de producir mucho y a bajo costo, que es en definitiva el corolario del consumismo, porque todos en última instancia, lo que queremos es comprar todo más barato. El término es "sweatshop", algo así como "taller de sudor" y tengo la desgracia, de frecuentar uno de estos "sweatshops" donde puedo experimentar de manera fehaciente las peores consecuencias, no sólo del subdesarrollo en sí, si no, en el caso particular de China, las desigualdades potenciadas por el crecimiento desmedido donde, como he mencionado en el texto anterior, se intenta comprar lo incomprable, el tiempo.
El lugar que me toca frecuentar es el taller de maquetería donde el estudio donde trabajo manda a hacer las maquetas de nuestros proyectos. El taller es de hecho, un taller de gran prestigio dentro de China y cuenta con sedes en todas las grandes ciudades del país. Las maquetas son simplemente excepcionales, deslumbran por su perfección; al contrario de las lamentables condiciones de trabajo.

En la sede de Chengdu trabajan aproximadamente unas 60 personas de ambos sexos y todas las edades, trabajan sin parar, y el taller raramente cierra sus puertas debido a la altísima demanda de pedidos por parte de los estudios de arquitectura. El taller tiene que

jueves, 17 de marzo de 2011

Frustración


He escrito hasta el hartazgo sobre la velocidad del crecimiento que se experimenta en China todos los días. He mencionado cómo todos los días la estructura de las ciudades se modifica de manera tal y a tal velocidad que por donde uno está acostumbrado a transitar diariamente puede cambiar de la noche a la mañana por algún nuevo vallado de obra, alguna nueva demolición o quién sabe que más. Estas son cosas que uno experimenta constantemente en cualquier ciudad china dónde la plata y la ambición intentan comprar lo único que no se puede comprar ni con ambas combinadas, el tiempo.

Chengdu no es la excepción, y fue listada el año pasado entre las 20 ciudades del mundo con crecimiento más acelerado. Seguramente esto es extremadamente beneficioso para mantener un sistema económico y un país en funcionamiento, a la vez que alimenta la incesante sed de consumo cuyo germen se siembra todos los días a través de los medios y la publicidad. ¿Pero hasta que punto se comprende el costo que se paga por tan exorbitante y desmedido crecimiento? Desde un nivel macro, es claro, cielos que perdieron el azul, un aire denso de partículas de polvo, ríos contaminados, atardeceres descoloridos, etc

Pero hoy voy a citar un ejemplo micro. En China el gobierno, debido al crecimiento a rienda suelta, no pone restricciones para la construcción. Es decir, se puede construir 24hs al día de lunes a lunes. Mientras haya plata, demanda y ambición uno puede construir lo que quiera sin interrupción. La construcción sin límites es una de las principales causas de polución en el país, tal es así que por primera vez el año pasado comenzaron a restringir la cantidad de obras por ciudad. El aire está desbordado de partículas de polvo, claro que no las vemos delante de nuestros ojos pero basta con no barrer el piso de casa dos días, ni pasar la franela por los muebles para ver cómo las capas de polvo se acumulan de varios milímetros en muy poco tiempo y ahí uno toma conciencia de la dimensión del problema. En invierno raramente llueve, y se necesita de varios camiones que van derrochando millones de litros de agua por toda la ciudad, con una poderosa manguera que lava las copas marrones de los árboles y los arbustos de los bulevares cuyo verde desaparece en cuestión de horas bajo la tierra acumulada. Ese es el aire que respiramos.

El otro efecto es el ruido. Nadie, dentro de la locura que se vive, parece contemplar en lo más mínimo el derecho básico a descansar de noche. Mi edificio está ubicado en el centro de la ciudad, en una zona residencial, es decir, rodeado de muchos edificios donde la gente principalmente vive. Al ser una de las zonas de mayor valor de la ciudad, cada terreno es codiciado por todos los "desarrolladores" (es el nombre digno que el sistema económico mundial hoy designa a los buitres que viven de la especulación inmobiliaria) al acecho. Hace unos 4 meses finalmente alcanzaron el terreno pegado a mi edificio y comenzaron una nueva obra. Dicha obra avanza sin restricciones, desde hace 4 meses apenas se puede descansar, ya que la obra avanza a cualquier hora. Excavaciones, hincado de pilotes, martillazos, fierros que se desmoronan, hormigonado, obreros gritándose instrucciones, grúas... son los sonidos que atormentan con total impunidad durante día y noche hasta a veces las tres o las cuatro de la madrugada, para luego retomar a las siete.

No me cuesta comprender cómo la avaricia de los "desarrolladores" no cuenta ni con la más mínima humanidad, pero sí me cuesta mucho comprender cómo en un barrio entero de gente (en un país donde no es precisamente sumisa) que rodea las obras, y se ve damnificada por el ruido en su único momento preciado de descanso, no hace nada para quejarse y/o rebelarse contra ello y que la vida continúe en la más absoluta...¿normalidad? No dejo de creer que somos tan animales de costumbre que hacemos la normalidad de lo que debería ser inadmisible.