lunes, 6 de agosto de 2012

El veneno de la religión y la muerte



  En 1954, ya pasados cinco años luego de la fundación de la República Popular de China y tres luego de la invasión del Tibet, SS el XIV Dalai Lama y el anterior Panchen Lama, ambos líderes espirituales de dicho país, fueron invitados a Beijing para conversar con Mao Zedong sobre el futuro. Luego de una serie de encuentros protocolares que podrían haberse considerado positivos y donde se trataron de lograr ciertos acuerdos, al final de la última sesión, Mao le dijo al Dalai Lama algo así como "estamos de acuerdo en casi todo, pero la religión es VENENO". Este hecho marcaría el comienzo de la desgracia que le sucedería al Tibet y su gente, pero también ya sentaba las bases del espíritu y la posición del gobierno ante la religión, la cual se extiende hasta nuestros días.

Cementerio. Sichuan

Desde hace mucho tengo la costumbre de preguntarles con curiosidad a mis amigos chinos: "qué creés que ocurre después de la muerte?" y la respuesta que recibo en el 98% de los casos es: "nada, te vas debajo de la tierra y te comen los gusanos". Y esta respuesta me genera muchas emociones diferentes. Por un lado me sorprende la tranquilidad y hasta frialdad con la que lo dicen y por otro no me puedo explicar cómo al menos no puede haber una reflexión profunda al respecto.

En casi todas las sociedades que conozco, incluso donde hay un gran porcentaje de descreencia hacia los sistemas de creencias, siempre percibo al menos reflexiones con cierto grado de profundidad, sean de orden religioso como de orden filosófico, cuando se trata de la vida y la muerte. Sin embargo, los chinos parecieran no ser afectados por estos cuestionamientos. Este es uno de los pocos aspectos donde creo que quedan aún algunos vestigios del Comunismo que implantó Mao en China, en aquellos tiempos de locura generalizada donde millones de jóvenes invertían horas de sus vidas en memorizar fanáticamente su famoso Libro Rojo. La fe fue reemplazada por el pragmatismo y el pensamiento colectivo y cualquier tipo de religión, vilipendiada.

Sin embargo, ya muy lejos de aquellos años y en tiempos de consumismo capitalista al extremo, donde una gran porción de la sociedad, si no la mayoría, no se cuestiona nada existencial; a mi parecer, los chinos han quedado flotando en una suerte de limbo donde la vida pasa por cuestiones banales y el materialismo es más vital que nunca como medio de existencia. Si el argumento comunista del pasado de que la religión era un instrumento para manipular al pueblo, entonces este gobierno tan orgullosamente ateo ha hecho del consumo y la frivolidad, la religión más efectiva del planeta. El ateísmo aquí ya no es una cuestión ideológica, es una herencia sin muchas explicaciones y algo que se da por hecho y que nadie se preocupa en cuestionar o reflexionar al respecto. Y creo que que es por eso que surgen respuestas tan desapegadas como "te vas bajo tierra y te comen los bichos". Todos están más preocupados por cuando saldrá el nuevo Iphone, a pesar de que el que ya tienen salió hace menos de un año y del cual apenas despegan la vista.


Con esto no quiero decir ni que debería haber formación religiosa, porque de hecho, estoy de acuerdo en que la formación de las personas debe ser laica y que un eventual camino que conduzca a la fe (cualquiera de ellas) debe ser individual y no inducido por terceros; ni que los chinos no le temen a la muerte, ni sufren la muerte de sus seres queridos. Como todos los seres humanos, sufren la muerte, y honran a sus seres queridos fallecidos, pero creo que la carencia pasa por no tener una estructura, cualquiera, sea de orden religioso o sea de orden filosófico con respecto a la muerte. No sé si esto es bueno o malo ni me pondré en la postura de juzgarlo. Sin embargo, si hay algo que considero positivo, es que si bien el chino promedio no profesa ninguna fe tampoco las desprecia ni las mira con arrogancia, sino que las ven más bien como algo curioso, realmente difícil de comprender; a diferencia de muchos ateos en occidente que no se limitan a vivir contentos con su ateísmo, sino que viven de atacar con desprecio desde una postura soberbia y condescendiente hacia quienes eligen un sistema de creencias para sus vidas.  

Packs de ofrendas a la venta. 
  A la hora de la muerte de un ser querido, una costumbre muy común es la de montar una gran carpa en algún patio aledaño al lugar donde el finado vivía. Allí, por tres días, se disponen las cenizas del muerto al pie de su foto, para que sus parientes y amigos pasen a despedirlo, y quizás, lo más sorprendente para mí es que la celebración, en la mayoría de los casos, se hace comiendo a lo grande y jugando 麻将 majiang; es por eso quizás que en los dos velorios que me ha tocado participar, no he sentido que las despedidas fueran vividas como algo traumático; ciertamente no como algo feliz, pero sí como un evento donde la gente recibe a la muerte quizás (y puedo equivocarme en mi percepción) con una mejor aceptación que en otras culturas.

Posteriormente, las visitas a los cementerios son frecuentes, pero particularmente un día al año, se celebra 清明节, donde toda la familia unida visita el cementerio con el fin de limpiar el epitafio donde yace su ser querido y rendirle homenaje recordándolo. Es un día muy importante para todas las familias chinas donde es imperativo juntarse para llevar esta costumbre acabo.


 Hoy China, a pesar de seguir siendo oficialmente un país ateo, tiene relativa, aunque obsesivamente controlada, libertad religiosa. Mucha gente, aunque en proporciones muy bajas teniendo en cuenta el volumen de la población, ha ido de a poco reencontrándose con la fe y se suele ver bastante gente en templos budistas o peregrinando a sitios religiosos antiguamente sagrados. Incluso se puede ver gente en las pocas iglesias católicas del país, al igual que las minorías étnicas musulmanas en sus mezquitas. Quizás la piedra en el zapato del gobierno siguen siendo los tibetanos y su rama de la religión budista, la cual por motivos exclusivamente políticos, es vilmente monitoreada, intervenida, manipulada y sujeta a los más inimaginables métodos de espionaje y sabotaje.

En China, queda un largo camino aún para el reencuentro entre su gente y la fe, o entre su gente y una postura filosófica sólida frente a las cuestiones existenciales de la vida humana. Las cuestiones de fe y filosofía, están aún entre los hechos que más fueron afectados por la zanja que caló el maoísmo, y rellenar el vacío generado por esa zanja llevará quién sabe cuanto tiempo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

muy acertado e interesante tu postura, me gustaría saber (y espero que a otros lectores)si quieres compartir tu punto de vista personal, luego de tantas Km y gentes de fe que abras visto en tus viajes si crees que hay "algo" mas profundo que el simple hecho de morir y descomponerse?

gracias

Nico dijo...

gracias por tu comentario:) bueno, compartir eso me llevaría muchas páginas supongo y creo que aburriría si hablar de mi vida personal y mis elecciones religiosas, por eso me limito más a contar experiencias y tratar de motivar y a pensar a través de lo que cuento, y ante todo, hacerlo sin juzgar.. No es tan simple hablar de la vida y la muerte porque objetivamente hablando independientemente de la fe que elijamos, la realidad es que es lo desconocido. Personalmente, estoy convencido de que hay algo más profundo, y por eso, es que del agnosticismo me convertí al Budismo ya hace muchos años, y he tomado refugio en el linaje Kagyupa del Tibet, como budista pero ante todo como persona he sentido dentro muchas de las explicaciones universales y existenciales que aborda el Budismo y es por eso que sigo dicha fe. Creo que no vivimos una vida sola, sino que esta es una de un sinfín y que nuestra responsabilidad es mucho mayor que la de una sola vida, sino de la de muchas anteriores y futuras, no sólo nuestras, sino de la de todos los que nos rodean, porque debajo de todos los velos mentales que nos cubren, somos todos exactamente lo mismo y buscamos lo mismo.
Ufff...y ya me fui por las ramas jejej espero no haberlos aburrido. Esto igual da para mucho muuuucho más :)

Anónimo dijo...

muchas gracias por tu explicacion, significa mucho para mi viniendo de un viajero de tu nivel...

Anónimo dijo...

esta bueno tu post.
no se por que naturalmente cuando uno piensa en china piensa en gente muy espiritual y sabia.
creo que viene de la rica historia que tiene china. el taoismo, confucianismo, sistemas como el tai chi, etc.
no parece que sea la realidad de hoy en dia, todo el mundo esta muy "occidentalizado".
tambien creo que el tema de la pobreza afecta mucho. cuando no tenes para llevar una vida digna el desarrollo espiritual se deja de lado.
en ese sentido creo que en paises occidentales donde la gente vive una vida de comodidades hay mas movimiento espiritual.
ojo, a veces la pobreza o los problemas y la espiritualidad vienen muy de la mano.
pero es la espiritualidad del agarrarte de algo para seguir adelante, no la espiritualidad del "a que vinimos a este mundo?"