Estamos en camino a una reunión de proyecto con desarrolladores y funcionarios del gobierno. Mientras el chofer trata de sacarnos del atascamiento en el tráfico, Andrew acaricia el cuero del interior de su nuevo Mercedes Benz y me explica que compró el alemán porque, a pesar de costar el 40% más de su precio en Alemania, el fabricado en China no tiene la misma calidad de terminaciones. En realidad se lo compró a su mujer, él sigue prefiriendo su BMW, el cual, al igual que el flamante Mercedes Benz de su mujer, no es el fabricado en China.
陈栗 ( Andrew ) tiene 43 años y es uno de los dos socios fundadores de Cendes Architecture 四川山鼎建筑工程设计股份有限公司, el estudio de arquitectura en el que trabajo. Luego de estudiar y trabajar 11 años en Estados Unidos , Andrew, originario de Shanghai, se mudó a Singapur donde se encontró trabajando junto a 袁歆 ( Mario ). Corría el año 2000 cuando decidieron abrirse por su cuenta y formar Cendes allí mismo. Comenzaron los dos juntos, tenían 31 y 29 años y para comenzar, contrataron a dos personas más.
Al cabo de dos años y luego de algunos proyectos, ambos se dieron cuenta de que no estaban en el lugar correcto y vieron que era el momento de volver a su China natal. Para el año 2002, Beijing y Shanghai ya estaban en plena explosión y había ya centenas de estudios de arquitectura en ambas ciudades; pero el resto de China, en las llamadas ciudades de segunda escala, el territorio estaba virgen aunque ya a punto de comenzar a florecer. Era el momento indicado. Andrew y Mario abrieron la primera oficina de Cendes en Chengdu en 2002 y el resto es historia.
Estudios como este generan millares de puestos de trabajo en todo el país y eso es claramente positivo, pero no todo es color de rosa. Como todo en China y su "milagro", a nivel interno este despegue es posible exclusivamente por dos motivos, inmensa disponibilidad de mano de obra y barata. Los estudios crecen gracias al sudor de gente joven que se desvive trabajando sin parar por lograr un pedacito de espacio en esta sociedad de consumo rampante. A excepción de los cargos con cierta jerarquía, los salarios son dignos, pero bajos y el límite de trabajo lo pone uno, aunque el incentivo está claramente puesto en trabajar sin parar. Cendes está abierto 7 días a la semana, 24hs al día y la gente va y viene a toda hora, incluso muchos a veces vienen y no se van por algunos días consecutivos, dependiendo de los proyectos y las entregas. La cede central de Cendes en Chengdu tiene su propio restaurante, y todos los contratos de trabajo incluyen las 3 comidas diarias, lunes a viernes y almuerzo y cena los fines de semana. Alimenta a 390 personas diariamente, desayuno, almuerzo y cena.
Todo es en pos de mantener el circulo vicioso y enfermizo del crecimiento sin límites. El gobierno incentiva los proyectos, pone el brazo político para abrir oportunidades, libera predios, propone urbanizaciones, expropia y demuele sin escrúpulos donde ve oportunidades. Una vez que se abre la oportunidad llegan los llamados "desarrolladores" que ponen los millones para "desarrollar" -leasé: construir hasta el último m2 posible sin la más mínima conciencia ambiental, constructiva ni estética". Finalmente ellos contratan al estudio de arquitectura que se ocupará del proyecto, y la empresa constructora que hará la ejecución. Las cuatro partes están íntimamente, hasta casi simbióticamente, prendidas en el negocio, porque amigos, en China, nada, absolutamente nada es posible sin contactos, y todo funciona por una gran red de contactos y todo se hace según a quién conozcas. En un circulo vicioso que no se satisface nunca, las oportunidades surgen como hongos después de la lluvia y allí saltan todos a la espera de hacer más y más dinero. Todo tiene que ser rápido! La demanda abruma y los proyectos no se esperan ni para la semana que viene, ni para mañana, sino para ayer. Desde que se arranca, se arranca tarde, porque el ritmo de crecimiento chino no da respiro.
Y es así que el futuro de Cendes es simplemente seguir creciendo. Con un promedio de más de 100 proyectos anuales en curso, el estudio planea seguir incorporando personal en todas las areas: arquitectura, ingeniería, paisaje, interiorismo, diseño gráfico y 3D y sumando toda la estructura administrativa de soporte que esto requiere. Pero la ambición más grande ya está en marcha. Cendes está en camino a ser, quizás en el término de los dos próximos años, el primer estudio de arquitectura de China que cotizará en la Bolsa de Shanghai. Así que a menos que China no levante el pie del acelerador, Cendes tampoco lo hará.
Cendes es tan sólo uno, dentro de decenas de miles de ejemplos parecidos en todos los rubros y profesiones, donde jóvenes profesionales de entre 25 y 45 años han formado las empresas que hoy conducen la economía China gracias a la demanda y la mano de obra abundante y barata. En el camino, se han hecho millonarios; en una sociedad en la que, al igual que los patrones enfermos y auto-destructivos seguidos en todo el mundo, se vuelve cada vez más desigual y la brecha entre ricos y pobres no hace más que volverse un abismo. Pero no hay tiempo para discutir de política, en un país controlado por un gobierno totalitario, tanto Andrew, como los nuevos ricos, no sólo no tienen interés, ni ven beneficio alguno en algo como la democracia. Todos parecen coincidir en que sólo traería más problemas, más burocracia, aún más corrupción y que en última instancia están convencidos de que China no se puede gobernar de otra manera.
El futuro, sólo puede especularse, el costo del crecimiento casi de fantasía que se vive no puede venir gratis. Sólo el tiempo dirá en qué derivará esto el día que por decantación natural la gente y la naturaleza digan que la fiesta se terminó. Ese día, sepan algo....pagaremos todos.
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