martes, 7 de octubre de 2008

Súbete a mi camioneta y muere.


Esta camioneta que ven en la foto no es una camioneta cualquiera, la misma es parte de la nueva flota de camionetas diseñadas para llevar a cabo la pena de muerte de manera móvil, y esta foto es parte de la campaña publiciaria.
Estas camionetas se desplazan por todo China, de pueblo en pueblo, llevando a cabo las ejecuciones necesarias a nivel local, sin necesidad de transportar a los convictos a Beijing o a los centros regionales lo cual incurría en mayores gastos y complicaciones, porque no sólo eran los gastos de transporte y el tiempo involucrado sino que había que construir la infraestructura necesaria para llevar a cabo las ejecuciones. En cambio ahora las camionetas no sólo agregan la ventaja vital de la movilidad y la economía. Ahora todo se concentra en una cámara de ejecución "todo en uno" sobre ruedas. Según funcionarios del gobierno, también es una muestra más fehaciente en cada localidad del castigo merecido a quienes violan la ley. Según ellos, la presencia local de las camionetas tiene un mayor impacto aleccionador sobre la gente.
El interior de las camionetas consta básicamente de un receptáculo trasero equipado con una camilla (la cual los mismos funcionarios destacan como una sala mucho más humanizada) e instrumental usado por el administrador. La pena de muerte en estos vehículos se aplica através de inyección letal, método que se impone ya en un 40% de las ejecuciones. Las dósis son exclusivamente preparadas en Beijing y cargadas en las camionetas, la cual luego iniciará su agenda de ejecuciones por los pueblos de China. 

China es un ferviente defensor de la pena de muerte y la administra más seguido que ningún otro país en el mundo. Es cierto que hay un factor proporcional que explica el número de ejecuciones anuales pero aún así la tasa anual sigue superando ampliamente a la de los demás países que castigan con pena de muerte. El problema es que en China, según los organismos de derechos humanos (y el sentido común), principalmente Amnesty International, se practica de manera oscura y suelen asociar a la cantidad de ejecuciones anuales con el muy rentable negocios de la venta ilegal de órganos en la cual suponen envueltos a varios funcionarios relacionados a la práctica.

El número de ejecuciones es reservado y el gobierno lo considera Secreto de Estado, con lo cual los números ocasionalmente dilucidados por fuentes oficiales (como todo valor estadístico en China) son siempre una mentira y un insulto a la población. Los números oficiales dicen 450 ejecuciones anuales, mientras los números oficiales de organismos de derechos humanos hablan de unas 1500, pero estiman que una aproximación más real andaría en el orden de los 5000-8000 ejecutados por año.

La implementación de la inyección letal es un intento por "humanizar" la pena de muerte y reducir todo sufrimiento fisiológico y psicológico al mínimo. Hasta hoy y desde hace décadas el medio tradicional para ejecutar sentenciados es el disparo en la cabeza. Las ejecuciones son públicas y un escuadrón armado dispone a los condenados de rodillas, se los invita a abrir la boca y se les dispara por la nuca para dejar salir el tiro por delante y no desfigurar la cara. El perdigón, especialmente diseñado, suele explotar ni bien entra a la cabeza matando casi instantáneamente al condenado. 

Hoy, el sistema de ejecución se encuentra repartido, entre la inyección letal y el disparo, pero este último sigue siendo por lejos el más económico, con lo cual los pobres y los violadores de la ley más desgraciados y de menor peso social siguen siendo ejecutados de esta manera, mientras que los condenados con mayor poder y relevancia son recompensados con un paseo en estas nuevas y relucientes camioneta de la muerte.

Esta es otra historia más, entre tantas, del lado oscuro de China. Un lado que me es imperiosamente necesario contar, porque durante mucho tiempo he escrito sobre el lado más ameno y curioso que más me atrajo del país y el lado que me une a él, pero también está este costado que repudio; y como ferviente opositor a la pena de muerte en todos sus modos me pareció importante escribir sobre el tema. 


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Nico:
Me parece muy valiente de tu parte que nos cuentes estas cosas.No solo lo fashion y el glamour de una sociedad, que pretende mostrarse al mundo como ordenadita y prefecta.De verdad , gracias por desasnarnos, yo al menos, no tenía idea de que estas atrocidades se cometieran de manera tan impune.Que desprotejidos estan los ciudadanos chinos ante el poder politico.
Un abrazo y cuidate mucho Nico!!!
Ferchy de Valencia

Mordi dijo...

Qué bàrbaro, Nico!
Este tipo de información no aparece por ningùn medio masivo.
Esperemos que sirva para que la pena de muerta y las arbitrariedades jurídicas no existan màs, tanto en China como en todo el mundo.

JP dijo...

Muy fuerte Nico.
Realmente sorprendente que estas cosas existan.
Abrazo

anaiv dijo...

Nico, te saludo desde Argentina y te agradezco por contarnos estas cosas que a veces, la mayoria, uno ignora. Es muy fuerte, como bien dijo jp, y vos muy valiente al contarlo .
Un beso

ischdar dijo...

que bueno que informes sobre esta realidad, uno siempre debe pensar que ningun pais en el mundo es perfecto. China quiere ser un pais que todos envidien, pero no solo con tecnologia o lindos lugares se logra, la realidad es otra y tu nos la muestras en este blog excelente..

te agrege a mis blogs destacados, relamente bueno.

saludos

dakota73 dijo...

Hola Nico, tanto tiempo, que mas te puedo decir , estas fotos chinas son de un altísimo valor documental y artístico…tremendo, un abrazo y te espero por mi blog!